viernes, 13 de septiembre de 2013

“Peregrinación ecuménica” y “oración ecuménica” llevada a cabo en la cripta de Luján.


Nuevamente otro confuso acto de ecumenismo que, como ya hemos repetido varias veces, confunden a los católicos, dejan al que yerra en su error y son capaces de producir el indiferentismo religioso.

[Valores Religiosos – 13-09-2013]


EN LA CRIPTA Y LA BASÍLICA DE LUJÁN

Peregrinación ecuménica: Oración por los mártires cristianos actuales
Participaron católicos, ortodoxos griegos y sirianos, apostólicos armenios y luteranos. Ante imágenes de la Virgen, rezaron el rosario con el Padrenuestro en diversos idiomas.

Referentes y miembros de iglesias cristinas participaron el sábado 7 de septiembre de la XIII Peregrinación Ecuménica a la basílica de Nuestra Señora -Luján, donde oraron por los mártires cristianos de hoy.

La iniciativa llevó por lema “La fidelidad de María a Dios, modelo de testimonio cristiano”.

Los peregrinos salieron en micros desde la parroquia Inmaculada Concepción (Vuelta de Obligado 2042), del barrio porteño de Belgrano, previo envío y bendición a cargo del presbítero Juan Francisco de Estrada, párroco del templo; presbítero Fernando Giannetti, responsable de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la arquidiócesis de Buenos Aires; el padre Ioanis Argyris, de la Iglesia Ortodoxa Griega del Patriarcado de Constantinopla; el pastor David Calvo de la Iglesia Evangélica Luterana Unida y el diácono Rubén Azar de la Iglesia Siriana Ortodoxa de Antioquía, en representación de su Arzobispo.

Animaron toda la peregrinación con su voz y su música Juan y Noelia Name de Nuestra Señora de Narek.

Al llegar a la abadía benedictina de San Benito, en Jáuregui, se sumó a los ministros el presbítero Rafael Morán Díaz, quien fue párroco de la Inmaculada Concepción de Belgrano, y el abad Fernando Luis Rivas OSB hizo una oración y reflexión. Tras compartir el almuerzo, llegaron al santuario nacional, en cuya cripta se rezó un rosario ecuménico.

El presbítero Giannetti informó que, como el propósito era orar por los mártires de la fe, se iban a contemplar -como excepción- los siguientes misterios: “La Anunciación del Ángel a María y el Nacimiento de Jesús”, “La predicación del Reino y la vida pública de Jesús”, “La Agonía de Jesús, su flagelación y coronación de espinas”, “La Crucifixión y muerte de Jesús” y “La Resurrección de Jesús, la Ascensión y el Don del Espíritu Santo”.

El primer misterio, frente a la advocación de la Virgen Nuestra Señora de Walsingham, fue guiado por Oswaldo Balvín y el Padrenuestro, en inglés, por Stella Maris Martínez de la Iglesia Anglicana.

El segundo, frente a Nuestra Señora de Narek y de Nuestra Señora de Armenia, estuvo a cargo de Hilda Hurmuz y Juan Name, ambos de la Iglesia Armenia Católica, y en nombre de la Iglesia Apostólica Armenia San Gregorio el Iluminador y la catedral armenia católica Nuestra Señora de Narek. Padrenuestro en idioma armenio.

El tercero, frente a la Virgen de los Siete Dolores, estuvo a cargo del pastor Calvo, quien rezó el Padrenuestro en eslovaco.

El rezo del cuarto misterio, frente a la Advocación de la Theotokos, fue guiado por el padre Ioanis Argyris de la Iglesia Ortodoxa Griega del Patriarcado de Constantinopla, con el Padrenuestro en griego.

Finalmente, el quinto misterio, frente a la capilla de la Encarnación del Verbo, estuvo a cargo del diácono Ruben Azar de la Iglesia Ortodoxa Siriana de Antioquía, con el Padrenuestro en arameo.

En la basílica de Luján, en el altar mayor, el presbítero José Daniel Blanchoud, rector, dio la bienvenida a los peregrinos en nombre del arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani.

La celebración, presidida por la Iglesia Ortodoxa, se inició con la Oración de Confesión y luego la liturgia de la Palabra. La homilía, breve, estuvo a cargo del pater Ioanis Argyris de la Iglesia Ortodoxa Griega. A continuación todos rezaron la profesión de fe, el Credo Nicenoconstantinopolitano, traducción aceptada por la Consejo Ecuménico de Iglesias Cristianas Argentinas (CEICA) y siguió la oración de los fieles con la oración comunitaria “Señor, nos has comprado con tu sangre”. Luego se leyó un himno que tenía relación con el Libro del Apocalipsis, se hizo el saludo de paz y el rezo de Padrenuestro. La bendición final estuvo a cargo de los ministros presentes.