lunes, 18 de febrero de 2013

Una buena pregunta.



Por indicación de “Paco Pepe” Fernández de la Cigoña leí una interesantísima  nota de Carlos Ruiz Miguel sobre la abdicación del Papa, en la que se afirma:

“El pasaje más misterioso del comunicado del Papa es éste: “in mundo nostri temporis rapidis mutationibus subiecto et quaestionibus magni ponderis pro vita fidei perturbato” (en nuestro mundo sometido a rápidas mutaciones de los tiempos y perturbado por cuestiones de enorme gravedad para la vida de la fe).
Ya resulta algo extraño que la palabra “temporis” sea omitida en las traducciones. Pero lo que es, no extraño, sino misterioso, es la frase en la que dice que nuestro mundo está “perturbado por cuestiones de enorme gravedad para la vida de la fe”…
Aquí está EL NÚCLEO DEL POR QUÉ DE LA RENUNCIA DEL PAPA. La abdicación de Benedicto XVI no tiene su causa profunda en su incapacidad para luchar contra supuestas o reales intrigas en curia vaticana, salvo en la medida en que esas intrigas respondan a un intento de perturbar la “vida de la fe”, es decir, la pastoral, la moral y el Derecho Canónico.
El Papa se considera incapaz de hacer frente a un mundo “perturbado por cuestiones de enorme gravedad para la vida de la fe”.

La pregunta fundamental y misteriosa de la renuncia del Papa y que, creo, nadie se ha planteado al analizarla es la siguiente: ¿CUÁLES SON LAS “CUESTIONES DE ENORME GRAVEDAD PARA LA VIDA DE LA FE” QUE TIENEN “PERTURBADO” A NUESTRO MUNDO Y QUE ÉL YA NO TIENE FUERZAS PARA HACER FRENTE?


(Las mayúsculas son del autor)

Hago mía la pregunta de Ruiz Miguel.

Visto en Catapulta.