viernes, 22 de febrero de 2013

El documento de la Conferencia Episcopal alemana que justifica la “píldora del día después”.


Robert Zolitsch y los cardenales de Colonia y Mainz, Meisner y Lehman. / REUTERS

Por más bueno que sea el fin buscado, no puede justificar acciones directamente inmorales, como el impedimento de la fecundación. ¿Cómo puede un obispo supuestamente católico recomendar algo que es malo de por sí como un anticonceptivo para que impida la fecundación?

En referencia a nuestra publicación anterior, reproducimos una traducción al español del punto 8 del documento de la Conferencia Episcopal alemana dónde aprueba el uso de la “píldora del día después”.


(InfoCatólica) 22 de febrero de 2013:

8. Cuestiones teológico-morales en casos de violación («Píldora del día después»)

La Asamblea se ha ocupado -llevada por los últimos acontecimientos- de los aspectos teológico-morales de la administración de la llamada «píldora del día después» a mujeres víctimas de una violación.
El cardenal Karl Lehmann (Maguncia), en su calidad de presidente de la Comisión Doctrinal de la Conferencia Episcopal Alemana ha presentado, una vez constatada la disponibilidad de nuevos preparados con principios activos alterados, la evaluación teológico-moral del empleo de la llamada «píldora del día después». El cardenal Joachim Meisner (Colonia) explicó su declaración del pasado 31 de enero de 2013 -de acuerdo con la Congregación para la Doctrina de la Fe y la Academia Pontificia- así como el trasfondo de la cuestión, que tiene como punto de partida el rechazo de asistencia a una víctima de violación por parte de dos hospitales de Colonia.
La Asamblea reitera que las mujeres que son víctimas de una violación reciben, por supuesto, asistencia humana, médica, psicológica y espiritual en los hospitales católicos. Esto puede incluir la administración de la «píldora del día después» partiendo de la base de que sus principios sean no abortivos, sino anticonceptivos.
Seguirá sin poderse aplicar métodos médicos o farmacéuticos que conlleven la muerte del embrión. Los obispos alemanes confían en que las instituciones de sello católico se atendrán a su aplicación práctica siguiendo este requisito teológico y moral. En cualquier caso, ha de respetarse la decisión de la mujer afectada. La Asamblea reconoce la necesidad de, paralelamente a los primeros posicionamientos ante la «píldora del día después», profundizar en otras cuestiones sobre el asunto –también en contacto con quien competa en Roma- y desarrollar las distinciones que sean necesarias. Los obispos mantendrán las correspondientes conversaciones con hospitales y ginecólogos católicos, así como con consejeros, asistentes sociales.