martes, 3 de julio de 2012

Confrencia en MP3: “Precursores de la herejía modernista”.



R.P. Alfredo Sáenz

Esta segunda conferencia comienza con un suscinto repaso de la anterior: exaltando la extraordinaria figura del Beato Pío IX, que fue capaz de superar sus propios errores y debilidades, hasta convertirse en un Pontífice aguerridamente fiel a la Tradición de la Iglesia, haciéndole frente a sus enemigos internos y externos. Luego de lo cual, se analizan pormenorizadamente los antecedentes del Modernismo.

El primero es la Reforma de Lutero. El libre examen introduce el germen de la disolución de la Cátedra de la Unidad. El subjetivismo fideísta resquebraja y destroza el contenido objetivo de la Fe, engendrando un relativismo disociador. La autoridad de Pedro es cuestionada, desobedecida y, al fin, rechazada.

El segundo es la filosofía idealista, con sus principales exponentes, Kant y Hegel. Más allá de la entidad intelectual de ambos pensadores, que nadie niega; o quizá por lo mismo, lo cierto es que la preeminencia del pensamiento sobre lo real, por un lado; y el método dialéctico, por otro, al ser aplicados a la doctrina católica, acaban fisurándola y desnaturalizándola.

El tercero es el protestantismo liberal. Su principal representante es Friedrich Daniel Ernst Schleiermacher(1768-1834), calvinista y kantiano, cuyas confusiones y errores arrastraron a muchos. Pseudoecumenista, pregonaba la discordia entre la Fe y la Razón, y hacía fincar la vida religiosa en el terreno del eticismo y del emocionalismo. La crítica al dogma y a la teología como ciencia sagrada, encuentran en él a un empecinado defensor.

El cuarto es el magisterio de Renán, “el blasfemo de Europa”, como fue dura y justamente llamado por Roma. Prototipo de apóstata -compartiendo tan triste fama con Alfred Loisy-, su Vida de Jesús, que dio la vuelta al mundo, fue y sigue siendo el terrible manifiesto del naturalismo más atroz y falsario.

El quinto es la figura de Lamennais, tal vez el más conocido por nosotros, merced a la obra apologética del Padre Julio Meinvielle. Hugues-Félicité Robert de Lamennais, que así terminó llamándose luego de abjurar de su apellido noble La Mennais, nació en 1782 y murió en 1854; en Francia, “la hija predilecta de la Iglesia”, devenida en uno de los centros europeos de difusión de la herejía. También él comienza siendo católico fiel y acaba en la apostasía, mereciendo la condena de Roma. El catolicismo liberal lo tiene por uno de sus abanderados. Pero el catolicismo liberal -recordemos las palabras del Beato Pío IX- hace más daño que los comunistas.

El sexto y último antecedente es el Americanismo. Posiblemente el menos conocido, el más deletéreo, y el de más nocivas vigencias en nuestro continente. Se trata de un movimiento religioso aparecido en los Estados Unidos hacia fines del siglo XIX, también llamado “herejía de la acción” (Pío XII); esto es: activismo, praxeología, pragmatismo eficientista en el terreno pastoral o apostólico, pero de espaldas a la ortodoxia de los principios. Fue condenado por León XIII, así como Gregorio XVI había condenado a Lamennais. La principal figura del Americanismo fue el Padre Hecker, y más tarde el Arzobispo de Nueva York, cardenal Spellman, que publicó en 1945 su obra “Acción ahora mismo”.

R.P. Alfredo Sáenz, conferencia del ciclo “La crisis del Modernismo en las venas de la Iglesia”, el 18 de Mayo de 2011. Agradecemos el material a Página Católica.