jueves, 15 de marzo de 2012

El mayor enemigo de la ideología de género es la Iglesia.




Reportaje al P. Claudio Sanahuja.

El único enemigo de esta ideología de género es la Iglesia, que afirma con rotundidad verdades que se contraponen a la nueva ideología y una nueva ética sin principios ni valores inmanentes e inmutables. Por eso la ética judeocristiana es incompatible con los nuevos paradigmas del NOM y la declaración de Benedicto XVI de los principios no negociables es todo un desafío para los grupos de presión feministas, homosexuales y abortistas. ¿El lobby más peligroso? “El lobby gay que actúa dentro de la Iglesia”.

El Gobierno español se vende a sí mismo como puntero en matrimonio homosexual, aborto y Alianza de Civilizaciones. ¿Se puede afirmar que España se ha convertido en la punta de la lanza del Nuevo Orden Mundial?
– Eso son temas geopolíticos que estaban en el ámbito internacional antes de Zapatero. Pero no es lo mismo una ONG o una indicación política de un organismo internacional que una sugerencia política de España que no se la ve como los centros de poder anglosajón.

Se la ve como la madre patria.
– Bueno, ése es un concepto un poco pasado de moda, pero sí como un país amigo y afín. Y se plantean que si España lo hace, ¿por qué nosotros no?

La ONU ha estado impulsando las políticas abortistas, feministas y rosas. ¿Qué cree que es mejor, tratar de mejorarla o de anularla?
– Tenemos que participar porque no se pueden dejar ámbitos sin tratar de influir en ellos aunque hayan sido creados por el enemigo. Eso sí, cuidando de no ser cómplices.

¿Por ejemplo?
– Dando el consenso a algo que parece inofensivo, pero que tiene un trasfondo y un mensaje retorcido. Los famosos eufemismos.

¿Por qué la presión para sacar a la Santa Sede de Naciones Unidas?
– Porque complica el panorama de los países que quieren imponer determinadas políticas. Ante la anticoncepción, aborto, perversión de derechos humanos, la Santa Sede es un escollo.

Vayamos al aborto. Hay quien considera que el término “salud sexual y reproductiva” sería un término rescatable, aunque siempre se haya utilizado eufemísticamente como sinónimo de aborto.
– Nunca se pudo dar un buen sentido a la salud reproductiva. Nació como eufemismo de anticoncepción e incluso de aborto químico. La sexual vino después, y tampoco se le pudo dar nunca un buen sentido. Además, este año Hillary Clinton, en la reunión del G-8 en Canadá, dijo claramente que salud sexual y reproductiva incluye el aborto.

¿Se puede decir que el derecho al aborto ya existe en documentos oficiales?
– En las recomendaciones y en las observaciones generales de los tratados de derechos humanos. Por ejemplo, la recomendación general 24/25 del Comité del Tratado de Eliminación de Toda Forma de Discriminación contra la Mujer. Ahí aparece el aborto como un derecho.

¿Es una interpretación vinculante?
– Claro, porque se trata del comité que provee a los países signatarios de la llamada interpretación auténtica del texto de la convención.

Vayamos a los nuevos derechos, los llamados derechos de segunda o tercera generación. Es el intento de la progresía de colar su ideología, pero ¿no hay nada salvable?
– Mire: dentro de los ocho Objetivos del Milenio para el Desarrollo, hay dos que hacen referencia al género y a la salud sexual y reproductiva, claramente antivida. Pero los otros seis, también, porque se interpretan todos en clave feminista, abortista o de cultura de la muerte.

¿Por qué todas las compañías han comprado los Objetivos del Milenio?
– Las menos por complicidad; la mayoría porque es políticamente correcto, lo que manda la moda.

¿Cree que las teorías de género son la última rebelión contra Dios?
– Depende de a quién se lo atribuyamos. En ámbitos de Naciones Unidas hay una abierta rebelión contra Dios. Pero para la mayoría es algo que marca los tiempos.

Sí, pero ésos no son los que marcan la agenda.
– No. Para los que marcan la agenda, la destrucción de la Iglesia Católica es un imperativo porque es el único freno.

Cambiemos de tercio. ¿Cree que la nueva religión mundial pretende sustituir el decálogo por un nuevo paradigma ético?
– Sí. Una religión de subjetivismo, de relativismo, que combate cualquier tipo de verdad no negociable. Y están infiltrando las religiones. También la Iglesia Católica.

Terminemos con el futuro. ¿Qué es lo que nos viene?
– Una persecución a la Iglesia Católica o a los restos de quienes permanezcan fieles a la doctrina de la Iglesia. Para el Nuevo Orden, la desaparición de la Iglesia Católica es un imperativo.

¿Cree que la Iglesia está preparada para esa batalla?
– Humanamente creo que una gran parte de la Iglesia no está preparada para esa batalla. Pero la Iglesia es antes que nada Esposa de Cristo y una realidad sobrenatural. Por eso el número de fieles o de jerarcas preparados para la batalla importa poco. Lo que sí sabemos es que a la larga vamos a ganar porque el triunfo está prometido. 

Visto en Libertady religión.

Algunas conferencias que hemos publicado del autor, pueden descargarse de éste enlace: Confrencias sobre el tema aborto.